Son suficientes 17 palabras recibidas en un mensaje para transformar un día soleado en una tormenta grisácea. No es por su contenido, más bien por la respuesta que daría y que me callo. Me sangra la lengua de mordérmela y ojo que no me envenene, pero mis dientes aprietan fuerte para no liarla parda.
Mañana habrá pasado el eclipse y todo estará más claro, mientras lamo mis propias heridas y aúllo a la luna para despejarla. Creo que me he equivocado. Sí que encontrarán tristeza hoy por estos lares…
que artista que eres para cuando el libro?
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