Siempre que viajo envío como unas cinco postales, una de
ellas dirigida a mí misma. Con mis cuatro frases o mis dibujitos de la niña con
ojeras o con el ceño fruncido porque no ha tenido mucho tiempo de disfrutar de
la ciudad, aunque siempre con el recordatorio a los destinatarios que les
quiero mucho y que les echo de menos y que aunque hayan pasado pocos días tengo
ganas de verles.
Muchas veces he tenido tan poco tiempo que las envío
directamente desde el aeropuerto antes de embarcar. Siempre que las echo al
buzón me planteo el mismo dilema. Qué poco trascendentales que serán mis
últimas palabras…
El avión se estrella y no regreso nunca más, pero al cabo de
unos días unas personas recibirían mi postal... y justo cuando las acabo de lanzar
por la ranura del camino sin retorno me vienen a la mente las cosas que podía
haber escrito y no hice y destinatarios a quién tenía que haberla enviado y no la recibirán, pero igual eso sería llamar al mal tiempo. Besos. Jairaki.
Jeje!! Cuando leí el título de la entrada en Facebook ya sabía yo que ibas a hablar de tus postales. Pasadlo muy bien, muchos besos
ResponderEliminartrinity me tienes olvidaaa jijiji
EliminarQue bonitas spn tus postales :)... MACABRA EXPRESS :)
ResponderEliminarMacabra yo???? Pregunta a Xenia y veras como Opina lo mismo que yo d
Eliminarel tipo de altafulla fijo k si!
Supongo que las ultimas palabras son siempre poco trascendentales y supongo que lo trascendental es acordarse de esos cuatro destinatarios antes de escribir las ultimas palabras. Palabras, palabras son, que supongo lleva el viento, pero lo que no se lleva es el sentimiento.
ResponderEliminarSupongo...
Que alegria volver a leerte!!
Un besazo dulce saltarina
Poeta!!!! Es verdad las palabritas se las lleva el viento:) Pero los saltos permanecen :) Muchos besos Buzz!!
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