Hoy recordaba las buenas consecuencias que la honestidad trae a veces… Al lado del colegio había una casa con un gran jardín lleno de rosas. Una tarde a la salida del cole piqué al timbre. Por el camino hacia la puerta apareció la dueña y pregunté si me podía dar una rosa que se la quería regalar a mi madre. La señora se quedó tan alucinada, acostumbrada a que los chavalines robaran impunemente sus rosas que no solo me dio una, sino que entró a por unas tijeras y papel de plata y me hizo un ramo tremendo. Poco orgullosa que llegué yo a casa con el gran ramo para mi madre.
Estaba pensando en estos momentos, pensando en el pasado, y me ha venido a la cabeza qué estaría haciendo un 25 de noviembre como hoy de hace unos años y justo hace siete años me encontraba rompiendo un plato.
lhttp://jairaki.blogspot.com/2004/11/platos-rotos.html
Vale llamadme perra por el refrito, pero es lo que tiene el agotamiento, mental y físico, que te deja toa tirá.
que señora mas maja!!! y que majica la Jairaki!!! Habria que verte toda menudilla pidiendole una rosa...pa comerte! Besazos locura!
ResponderEliminarla verdad, la señora muy maja y tu muy educada, da gusto encontrarse en este mundo con esas dos clases de personas. Un besazo Jairaki
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