martes, diciembre 27, 2005

Una más en la familia…

No, de momento no estoy en estado de buena esperanza. Todo se andará. Se trata de un nuevo miembro conviviendo con la familia. Se nos fue la Dolce, aunque nos viene a ver de vez en cuando, y llegó desde tierras asturianas Trinity (la llamaremos así por su parecido con la prota de Matrix). Gracias a unas oposiciones y un destino mágico cerquita de nuestro pueblo, nuestra prima comparte con mis hermanas y mi madre los días y las noches.

La verdad es que estábamos nerviosas porque nos habíamos visto en muy pocas ocasiones hacía años. ¿Cómo será? ¿Estará a gusto con nosotras? ¿Se sentirá cómoda? ¿Nos sentiremos cómodas? Las dudas no tardaron nada en despejarse y el aterrizaje ha sido perfecto. Se ha convertido en una sister más, en una hija adoptiva para mi madre y en una amiga para todas nosotras.

Ella era una lectora anónima de este blog, leía aunque no comentaba, y la primera noche cuando fuimos a hacer el café, Lara y mi marido como de costumbre… ¿Qué tal patata frita? Pues ya ves patata frita… Empezó a reírse y la miraron sorprendidos… Es que eso lo leí en el blog.

Nos hemos contagiado algunas costumbres. Una de ellas es jugar a las cartas todas juntas. Le enseñamos a jugar al Uno y para que mi madre no se enfade ya no nos decimos putaaaaa (cuando alguien está a punto de librarse de las cartas y la señorita en cuestión le suelta un + cuatro) nos llamamos peluconas que viene a significar lo mismo pero suena mejor. Aunque tendremos que cambiar de palabreja, porque nuestra madre ya levanta la ceja cuando la oye salir de nuestros labios… pelucoooooooonaaaaa.

Lara y ella han hecho planes para cuando les toque la primitiva (se irán a Alaska a ver la aurora boreal) y según Lara ya sólo le queda una cosa para que la integración sea perfecta: que aprenda a cambiar los pañales a Luna. Pero todo se andará…

PD: Felices fiestas a todos. Si estás no han sido todo lo buenas que os merecéis que no decaiga el ánimo. Nosotras las pasamos separadas el año pasado, media familia en la sala de espera de un hospital de Valladolid y la otra media sola a muchos kilómetros de distancia y este año ha sido una de las nochebuenas más alegres que pasamos desde hace años, concretamente cinco. Hasta hemos tenido la visita de una auténtico Papa Noel. Feliz 2006.