martes, junio 02, 2015

Truco o trato...

No sé que es peor si el dolor o el cansancio. Despertarte contenta porque has conseguido dormir de un tirón cinco horas seguidas y que esa alegría se esfume rápido. Minuto a minuto desaparece en cada pequeño esfuerzo. Caminar por el metro, despegar el culo de la silla en el trabajo, arrastrar aquella caja, escribir en el ordenador… todo se hace un mundo a medida que pasan las horas. El dolor de las articulaciones va bajando y el cansancio aumenta. Truco o trato, truco o trato, truco o trato, dolor o cansancio, cansancio y dolor…


Entonces cuando pienso que voy a entrar en un bucle de desesperación y tristeza me viene a la cabeza su bella estampa.

Pienso en todas sus operaciones, las recuperaciones, las secuelas, los efectos secundarios y los daños colaterales y la veo con su sonrisa, pintando con sus colores, recortando castores que comen galletas de las revistas, para forrar cajas temáticas que hace para las personas que quiere, jugando al Candy Crush y leyendo cuando ya no le quedan fuerzas… El entusiasmo con el que te cuenta el documental que ha visto, o que al Nacho no le ve trigo limpio o cuando te confiesa que se ha podido levantar por la noche sola y que le dolía mucho, pero que lloraba para adentro para no despertar a tu hermana para que por un ratito pueda descansar…   

Cuando pienso en su sonrisa, mientras la atacan las enfermedades por múltiples frentes, empiezo a flotar sobre mí misma y es cuando vuelvo a creer que el dolor no es eterno y no hay cansancio que no lo combata un sueño reparador y que mañana volverá a salir el sol, aunque tenga que huir de él y definitivamente salgo del bucle de tristeza y negror, impulsada directamente por una patada en el trasero. Aunque sigo dudando sobre lo que es peor si el cansancio o el dolor…