miércoles, junio 30, 2004

Dos ángeles en Zaragoza...

Uno de los dos ángeles que se encontraron en Zaragoza es luchadora, muy luchadora, inteligente, radicalmente feminista (como dice cuando da sus kisitos) y radicalmente tierna, buena y humana (añadiría yo). Algunos de sus sueños se han cumplido, como el disco que está gestando desde sus entrañas. No son las hadas quienes los han convertido en realidad, sino su lucha y su trabajo. Quizás lo que sí le han dado las hadas es ese toque mágico que la hace tan especial. Si fuera un color sería un azul precioso, con destellos violetas. Es mi adorada y admirada Shangay Lily. Todo corazón.

El otro ángel es buena, muy buena. Admira al primer ángel y le pide consejo sobre su cabello. Es muy valiente y tiene sueños. Uno de ellos es ir a Madrid que allí piensa que no la pegarán. Lo tuvo todo y todo lo perdió, por un amor o por seguirle mejor dicho. Miento, no todo lo perdió. Le quedan muchas otras cosas que ni el más rico y poderoso puede comprar, ni lucir. Le queda una generosidad inmensa, fuerza, coraje, valentía y orgullo, un orgullo que le impide volver a Barcelona, ciudad que fue testigo de su época de esplendor. Todas estas cosas que tiene y no se pueden comprar no evitan que tenga que vivir cómo y dónde vive. Si sería un color sería un blanco inmaculado que muchos no saben ver y confunden con el gris. Es un blanco precioso.

¿Qué pasa cuándo dos ángeles se encuentran?

Zaragoza se convirtió en cielo improvisado y esto fue lo que pasó:

UN DÍA EN LOS PARQUES DE LA TRINI (LA EPIFANÍA)

y luego continuó así:

UN DÍA EN LOS PARQUES DE LA TRINI (EL DEBATE)
(O LOS BURGAYSES CONTRAATACAN. VOLUMEN 11)


Esta vida que está siendo vivida en Zaragoza en estos momentos me trastocó. Sentí tristeza, rabia y lo más amargo fue la sensación de impotencia. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué se puede hacer? ¿Qué podemos hacer?. Le daba vueltas y vueltas y me acordé de las palabras que yo misma le decía a mi amigo Isma, gerente de una ONG. “Tienes que estar contento y tranquilo cada vez que te vayas a dormir. Tus esfuerzos y luchas no han sido en vano. Tu granito de arena de hoy, de ayer, de mañana, de otros como tú, están haciendo un mundo mejor”. He sentido la necesidad de ser granito de arena.

Lo único que se me ha ocurrido es dedicarle a ese par de bellos ángeles este post, por si alguien pasa por aquí y no había leído la historia. Por si alguien pasa por aquí y tiene una idea mejor. Por si alguien pasa por aquí y tiene las herramientas para poder hacer algo o para que podamos hacer algo. Por si alguien pasa por aquí y no vuelve a mirar con desprecio, desconfianza o superioridad a nadie que no sea como le gustaría que fuese.

Porque tristemente hay muchas personas que lo pasan mal,.Que como la Trini no tendrán unos brazos que la rodeen con cariño, ni un “siéntate y descansa que haces mala cara”, ni un plato caliente que llevarse al estómago y sí una patada o puñetazo nunca merecido.

Trini, desde ya mi adorada Trini, un abrazo gigantesco desde aquí y un deseo de que ojalá encontremos una solución.

Mi adorada Shangay Lily GRACIAS. Mil gracias también por poner los puntos sobre las íes en el debate. Que mundo más bonito si todos fuéramos radicalmente como tú.

martes, junio 29, 2004

Quiero...

Quiero quitarme trabajo de encima

Quiero que desaparezcan los montones acumulados por arte de magia

Quiero que los trenes no lleguen tan tarde (que a las tres hay hambre)

Quiero tiempo


Mi hermana S. también quiere cosas:

Que cuando tenemos una pausa en el trabajo y me dice "tate algo!", le cuente algo interesante

Que cuando está el revisor en el mismo vagón y empiezo a maldecir en arameo para que desaparezca de nuestra vista no grite tanto

Que no me cuele con su billete en el tren

Que cuando voy con ella y cuando no, mire antes de cruzar la calle

Que cuando vamos en el tren no me dedique a hacer caricaturas suyas

De momento las cosas sencillas.

Y tú, ¿qué quieres?

POSTDATA: Quiero decir que me ha tocado una entrada al concierto de Bunbury en Barcelona. :)))))))))))) Gracias gracias gracias Uve por informarme del sorteo :)) Ahora todavía no sé si es una o son dos. Si es una no sé si meter a mi hermana en el concierto y quedarme fuera, que le guiñe un ojo y se case con él. O comprarme yo otra y que vayamos las dos. Pero si me la compro igual no nos toca asientos seguidos. Si no nos tocan seguidos mi hermana S. no querrá ir . Y me parecen que están agotadas entonces no podré comprar otra. Y ahora que lo pienso ella sola no va. A lo mejor me sorprende. Uf no lo creo. Ya me veo yendo a mi segundo concierto del Pampurri en soledad de nuevo. Bueno vale pero al menos estoy avisada de la fecha y me pondré los tejanos. Ainsssss que es lo que quieroooo.

Jaira céntrate que ya casi es la hora de plegar y te veo en un tren hacia Portbou preguntándote como has llegado allí.

Estoy empezando a oír voces!!!

lunes, junio 28, 2004

Las manos en la espalda...

Acabo de llegar del Forum. He tenido que asistir a la presentación de un libro. Entre los que lo presentaban se encontraba Ferran Adrià.

Hace unos días soñé con él. Durante una cena me rascaba la espalda. No sé si será pura casualidad, pero desde ese día cocino mejor. Una cocina quizás más creativa.

Cuando ha llegado el turno de preguntas, pensaba en preguntarle que influencia tienen sus manos rascando espaldas ajenas sobre la mejora en el arte culinario por parte de la persona poseedora de la espalda, pero no lo he hecho. Maldita timidez.

viernes, junio 25, 2004

Negatividad...

Mi madre lleva unas semanas muy rara. Siempre está triste y negativa. Discute mucho y le molestan cosas a las que antes no daba importancia. Es como si hubiera tirado la toalla. Creo que todo ha sido a raíz de lo de Luna o igual antes. Cuando operaron a Luna y estaba tan justita de todo, la miraba con pena y nos decía que no saldría adelante. Interiormente nos enfadábamos y exteriormente intentábamos que no fuera tan negativa. Le decíamos que no tenía que pensar lo peor, que nosotras desde pequeñas cuando los médicos nos decían que no había nada que hacer y que no saldría de la operación que todo estaba muy mal… seguíamos adelante, con pensamientos positivos y espantando entre todos los miedos. Mi padre era el primero que no quería creer a los doctores y nos contagiaba a nosotras. Confiando, siempre confiando y salía adelante. Ella no sabía lo que nos decían los médicos y nos veía animadas, aunque luego a veces al mediodía volviéramos llorando en silencio camino de nuestros respectivos trabajos. Cuando le intentamos hacer ver esto, se nos queda mirando en silencio y no le preguntamos pero sabemos lo que quiere decir. Sí, ya pero con vuestro padre no funcionó. Y se lo dije. Ya mama con el papa no funcionó, pero contigo sí. No siempre funciona y hay cosas inevitables pero se tiene que luchar y agarrarse a la mínima esperanza…

Luna está mejor y ella sigue igual. La tarde de la verbena estuve con ellas. Fuimos a comprar al pueblo de al lado andando. Estaba muy contenta y el camino de vuelta todo fueron risas. Mi hermana A y yo íbamos haciéndonos fotos con el móvil, con las caras juntas, para comprobar el parecido que a veces nos confunden. Algún coche nos pitó y nos reíamos mi madre seguía caminando y entonces gritábamos a la vez. Maaaaa waitttttt for ussss. Ella se reía y se sentaba en el banco esperándonos. Volvíamos a caminar juntas y nos volvíamos a retrasar con las foticos y nos esperaba. Saqué a Luna un par de veces a fuera y caminó conmigo por casa y seguía a mi madre y mi madre se reía. Fuimos a tomar algo y paramos a un coche de policía porque un container ardía. Nos reíamos otro ratito más y ya me fui. En el coche nos dieron las doce y yo: “niñasss alguien tiene un botellín de agua???? Que son y 59 en un minuto tenemos que hacer lo del agua… San Juan Bendito hazme más bonita que el año pasado… bueno que pasa que no hay agua… pues venga como los gatos con saliva que es agua. Entre gritos de cochinorra y guarrindonga se acabó la jornada.

Ayer estuvieron intentando construir la silla y la primera intentona no dio resultado. Ésta es una de esas ocasiones en las que si mi padre estuviera aquí sería diferente y ya la tendríamos hecha, porque además de lo gran persona que era, estaba hecho un manitas. Mis hermanas tienen en el videoclub una cliente enana y para que llegara al cajero mi padre fabricó una plataforma enganchada en la pared y le colocó un candado. La llave se la dieron a la chica y cuando quiere sacar pelis de la máquina, abre la plataforma con la llave y alcanza con total normalidad a la pantalla.

Ahora hace unos minutos que he hablado con mi hermana A. Me ha estado contando que mi madre vuelve a estar negativa, que le ha dicho que tire las ruedas y el carro que no sirve y que vuelve a estar rara, Que les dice que ojalá se hubiera ido con mi padre. A. está muy cansada y que así todos los días.

Escribiendo esto me he dado cuenta que igual está nerviosa por la colonscopia que le tienen que hacer en julio con anestesia total, porque por el método normal no pudieron explorar nada más que un poquito. Igual se le ha juntado todo. Intentas animar, pero se acaban los argumentos. Ahora mismo solo tengo ganas de abrazarla, de decirle que todo irá bien, que no tenga miedo, que no esté triste, que la queremos mucho y que la necesitamos, que volverá a salir el sol. Tengo también ganas de abrazar a mi hermana A. y pedirle paciencia (que la tiene y en grandes cantidades), que todo pasará, que volverá a salir el sol, que siga sacando fuerzas. Ahora me gustaría ser un hada y con una varita transformar las caras tristes en sonrisas, pero cada vez se me hace más difícil hasta poder imaginarme con esos poderes.

miércoles, junio 23, 2004

Petardos...

Hoy se celebra la verbena de San Juan y lo pasaré mal. ¿Quién fue el macabro ser que se inventó los petardos? ¿Quién!? Me asustan, me molestan, son peligrosos y encima tenemos que empastillar a Sky (la otra perrita de la familia) porque la pobre lo pasa muy mal. Los únicos que me gustan son esos de cebolletas que tiras contra el suelo. Plis, plas, controlas donde caen y no hacen daño. Bueno, vale a menos que tu puntería sea tan sumamente mala que aciertes con tu propio pie.

Lo que sí me gusta de San Juan son las hogueras. Eso sí y mucho. Una vez atravesé (que no salté) una, pero no era en la verbena. Estábamos en el Cottolengo de Madrid ayudando y tenían un terreno lleno de matojos. Nos pasamos la mañana quitando hierbas y a la tarde mi padre las prendió fuego. De repente el viento empezó a soplar fuerte y las llamas le envolvieron y la manguera había quedado atrapada en los matorrales. Cogí la manguera, pegué un tirón y corrí detrás de él. “Venga papa, sal que voy detrás, corre…” y salimos los dos de aquellas llamas que ya nos sacaban más de cuatro cabezas. Al llegar al otro lado del fuego me dieron tortas por todo el cuerpo por si se me había quedado enganchada alguna chispa y olía a chamusquina, pero no nos pasó nada. “Papá, papá creo que me he quemado las pestañas :)”. Mi padre me cogió de los hombros me miró fijamente y me dijo: “Hija, lo que has hecho ahora es digno del mejor bombero”. Fui feliz, muy feliz, muy muy muy feliz. No fue valentía, fueron simple reflejos. Verle allí en medio… no me dio tiempo ni a pensar y es que yo desde pequeña siempre quise ser bombera, pero claro entonces eran otros tiempos. Sólo había bomberas ATS o conductoras y lo que a mi me gustaba era meterme en los fuegos o escalar la estatua de Colón para rescatar a visitantes encerrados en el ascensor y cosas de estas. Todos los bomberos que conozco son especiales y no sólo de este país. Debe ser el único cuerpo que cuando están de vacaciones y pasan por una ciudad van a visitar el cuartel del sitio donde van. Los de allí sean del país que sean, de la ciudad o pueblo, les tratan como si estuvieran en su propia casa, se intercambian pegatinas y lo acogen como uno más. No sé si con otros cuerpos como la policía pasará lo mismo. Existe una hermandad de oficio sea de la ciudad que sea y del país que sea. El sentido del humor también es una característica muy marcada en ellos, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Las gamberradas y bromas que se hacen son muy similares tanto en un cuartel de Nueva York, como en uno de Pau como en cualquiera de los que hay en Barcelona. Había una pareja besándose al lado del cuartel y tenían una funda de esas que te colocas en la cabeza con pelo y cara de monstruo tan auténticas y se pusieron detrás. En un momento dado la chica abrió los ojos y empezó a correr calle arriba. El chico se quedó con los brazos abiertos, los hombros bajos sin entender nada. Hasta que se giró y él también empezó a correr. Los gamberretes se tronchaban de la risa.

Siempre que oigo una sirena de un coche de bomberos se me ponen los pelos de punta y me viene a la cabeza la canción que cantábamos en el campamento al que íbamos de pequeñas: “Bommberosss de Barcelona que a todas horas veláis por la ciudaaaaaad, al verossss dice la gente son los valientes, van dispuestos a lucharrrrr…un puñadoo de valientes tiene linda Barcelona…”. Ahora es una mezcla entre la emoción que sentía antes y tristeza, mucha tristeza todo hay que decirlo.

Esta noche es la que más salidas tienen, al menos en Barcelona. Es la noche del no parar. Desear que sea una noche tranquila es algo casi imposible de que se cumpla, pero al menos desear que todos lleguen bien al cuartel. Feliz verbena!

martes, junio 22, 2004

El canguro boxeador...

Luna ha cogido tal fuerza en sus patitas delanteras que la emoción de la bienvenida cuando te acercas a saludarla se ha convertido en un combate de boxeo que acaba ganando ella por KO técnico. Se emociona y empieza a mover las patitas y tú acercas la cara y le tocas la cabeza y zumba zumba, intentas esquivar pero uno al menos te pilla y ya no puedes evitar el joeee Lunaaaaa pareces un canguro boxeador y sigue aullando para que te vuelvas a acercar y claro le ves esos ojillos contentos que zasca vuelves a caer. Da la sensación de que se ríe cuando acierta con uno de sus golpes. Venga venga la siguiente en la batidora.

Todavía no tenemos preparada la silla de ruedas. Ahora estamos estudiando los diferentes modelos, tomando medidas y preparando el material. Mientras como ya le han quitado los puntos de la espalda y está más fuerte la paseamos por el jardín llevándola a pulso de sus cuartos traseros. Baja y sube los dos escalones y trota. Va corriendo con mucha seguridad y si no fuera porque la tenemos que llevar en volandas por la parte de atrás parecería que no ha pasado nada. Coge tal velocidad que cuando la llevas haciendo de sus patitas traseras casi te deja atrás. Ya no se cansa y quiere más. Acabas deslomada pero contenta, muy contenta.

Con Luna hay dos clases de actitud. Una de ellas es decir o pensar pobrecita que pena da, mira las patitas no las mueve y ponerse triste (ésta la ha tenido mi madre, que también es normal porque pasaba y pasa muchas horas con ella) y la otra la que compartimos mis hermanas que es la de estar contentas porque está viva, porque se la ve contenta, porque cada día nos sorprende con un avance nuevo y porque está volviendo a ser la loca traviesa y revoltosa de siempre. Ahora mi madre está más contenta, pero hasta hace poco nos crispaba verla mustia, triste. Al ver los avances poco a poco empieza a cambiar de actitud.

Ayer fue una tarde de las que añoraba de risas y de idas de pinza. Mientras pintábamos la habitación de A, entre mi madre, A. y yo estuvimos riendo un buen rato. Hablábamos de borracheras de cuando había sido la última, de cómo reaccionábamos y hasta propuso ella misma, por puro Interés informativo, pillar allí mismo una cogorza. “Venga A. saca una botella de cava!” Qué decir que la propuesta no se llevó a cabo. Entre que si mama sólo te faltaba eso, que ahora que hemos encontrado el verde adecuado y quita quita que hace caló, ni siquiera nos colocamos con la pintura porque era inodora. Lástima.

Cuando por fin a las once y media me metí en la cama, caí tan rendida que esta mañana cuando a las seis ha sonado el despertador lo hubiera estrellado contra la pared y mi primer pensamiento ha sido para Luna: “No veas niña como cansa hacer de carrito a ver si pronto te lo tenemos preparado”.

lunes, junio 21, 2004

Madrid mon amour...

Lo primero que me llamó la atención de Madrid fue sin duda el tráfico. Lo mucho que se pitaban, que se gritaban. A veces hasta me giraba en la calle sorprendida de cómo un conductor insultaba a un transeúnte al que se le había puesto en rojo el semáforo en mitad de la calle. El novamás fue cuando en un taxi el conductor llamó IDIOTA en su propia cara al urbano de turno. Éste ni se inmutó, debía estar acostumbrado. Al final me acostumbré hasta yo e incluso insultaba por lo bajini… mamonazooooo, lentorroooo… Es normal entre el trazado de la ciudad y que todo el mundo se va a manifestar a Madrid, cuando no te cortan una calle te cortan la otra.

Lo que más me llamó la atención fue la hospitalidad de los madrileños. Supongo que en todos sitios hay de todo, pero me topé con muchos casos que hicieron que de los más de dos años que estuve allí trabajando (una semanita en Barcelona, una semanita en Madrid) más que llevarme algo de allí, dejé un gran trozo de mi corazón y me hice defensora a ultranza de esta ciudad y de sus habitantes. Durante unas pocas semanas al principio me iba al cine sola, a cenar, a tomar cafés… pero duró muy poquito esa soledad.

Una tarde llamé a una empresa donde tenía que entrevistar al gerente. Su compañera me preguntó que si estaba sola en Madrid y que qué iba a hacer por la tarde, que dejase la visita de su jefe para última hora y me fuera con ella y sus amigas a tomar unas tapas. Así lo hice. No la conocía de nada y era la primera vez que hablaba por teléfono con ella. Qué decir que me lo pasé genial y sus amigas también eran una maravilla. Cada semana que iba a Madrid guardaba una noche para Conchi. Con Nacho me pasó lo mismo casi. Esta vez fue en persona. Acabé reservando una noche para él y sus amigos que me descubrieron restaurantes y locales de ambiente la mar de chulos. A Encarna, una jovencita de 60 años, la conocí a través de una catalana que trabajaba en una compañía aérea. A veces cenábamos en su casa, otras nos íbamos de parranda y siempre lo pasábamos genial. Qué decir que cuando llegaba a Barcelona volvía destrozada, porque a diferencia de en Madrid no es lo habitual salir de fiesta entre semana y no estaba muy acostumbrada. En aquella época no existían casi los e-mails y al cambiar en varias ocasiones de trabajo he ido perdiendo el contacto, pero siguen tan presentes en mi memoria como el primer día.

Uno de los hoteles en los que viví, estaba cerquita de la Gran Vía y a la puerta del MacDonals estaba un chico pidiendo patatas a los que salían y nadie le hacía caso. Le dije si podía esperar cinco minutos que fuera al hotel que justo había bajado sin la cartera y me respondió que no tenía tiempo que sino le cerraban el albergue. Él siguió Gran Vía abajo y yo me fui para mi hotel. Otra semana lo vi al lado del fast food parado y le dije que si le seguían apeteciendo las patatas y le pedí que me acompañase y le dije que se pidiera lo que quisiera y se pidió unas patatas. Le dije que si no le apetecía mejor un menú y no quería abusar pero le acabé convenciendo. Me explicó que no pasaba hambre que le daban de comer pero que claro el caprichito de unas patatas le venía de gusto de tanto en cuanto. Nos despedimos en la Gran Vía y yo seguí hacia mi hotel. Justo enfrente había una iglesia y en la parte de arriba vivía el cura. Me gustaba mirar por la ventana y cuando se hacía de noche veía al párroco como leía. Una de esas noches oí gritos y una chica insultaba a alguien del hotel. Se ve que se estaba pinchando en el callejón de al lado y alguien le había tirado un cubo de agua. Cogió una piedra y la tiró contra la fachada del hotel con la mala suerte que rebotó en una señal de tráfico y pasó rozando las cabezas de un matrimonio que justo salía de una librería. Se disculpó y explicaba lo que le había pasado. Al rato llegó una patrulla: “mira como me han puesto! Yo no hacía mal a nadie”. “Venga bonita a secarte al sol, despejando la calle” Y ella con rabia dijo: “sol… sol pero si es de noche”. Me fui a dormir muy triste pensando en la chica con sus ropas mojadas y cómo habría conseguido un poco de calor, para sus ropas y para su corazón.

En el mío sigue estando muy presente mi querida Madrid que me adoptó con mucho cariño y muchas vivencias.

viernes, junio 18, 2004

Haciendo el ridículo...

Era verano y caminaba junto a mi hermana A y nuestro amigo holandés M. por una playa también holandesa. Un día de aquellas vacaciones que pasamos vagabundeando por todo el país y que han quedado en mi memoria como dignas de recordar. El paseo estaba lleno de gente y los tres como mosqueteros tan contentos. A lo lejos como a siete u ocho personas de distancia detrás oigo: “damaaaa, damaaaa” o algo así. Tuve un presentimiento. Los gritos iban dirigidos a mi. Me toqué un hombro y la hombrera estaba en su sitio… me toqué el otro…. Diosss la otra no estaba. Me hundía poco a poco. Me giré lentamente y roja como un tomate y allí estaba la señora (o debería decir arpía) ondeando mi hombrera a los cuatro vientos. Cuando me giré vino hacía mi y me la entregó. Encima le di las gracias con una sonrisa, cuando por lo bajini le estaba mentando a toda su familia. Me la volví a colocar en su sitio y seguí caminando deseando fundirme con el asfalto del paseo. Qué decir que desde ese día jamás de los jamases me volví a poner hombreras y era en aquella época que te las ponías hasta con el bikini, que antes muerta que sin ellas. En esos momentos pensé que ésa había sido la viva imagen de hacer el ridículo y que nunca jamás pasaría tanta vergüenza.

Como tantas otras veces me equivoqué. Durante la estancia en Córdoba con mis primos estaba en una parada del autobús con ellos esperando. Tenía la perestroika (como llamamos en mi casa lo que otros llaman la tía de Australia, la mala semana…por la marea roja). Previsora y burra que es una llevaba como siete tampax en el bolsillo interior del abrigo (ya los podría haber metido en el bolso grrrrr). Hacía calor y lo llevaba doblado en los brazos. Al sentarme zasssss todos los tampax por el suelo. En una décima de segundo giré la cabeza y mi primo que estaba a mi lado miraba para otro lado. Biennn no lo ha visto. Fiuuuuu como en una peli de dibujos animados y una velocidad de récord los recogí. Volví a mirar a mi primo que seguía mirando para el otro lado. Biennn. De repente me mira y me dice: “Prima ahí se te ha olvidao uno”.

Hoy han vuelto a venir los pintores y ahora me doy cuenta de que menos mal que no le dije al que cantaba tan bien coplas lo que pensaba de su bonita voz y lo mucho que me gustaba la bienpagá porque ahora mismito volvería a estar muerta de la vergüenza.

jueves, junio 17, 2004

La química de la felicidad...

Me senté ante ella con nerviosismo y expectación. Sacó una hoja y me preguntó por mi familia. ¿Cuántos años tiene tu padre? Empecé a llorar. A lágrima viva, con hipo, sin poder hablar, un torrente salado incesante. Quería detenerme pero no podía. Me sorprendí. Tantos meses haciéndolo a solas, sin compartirlo, sin querer poner tristes a los que me rodeaban y ante aquella desconocida se rompió el muro de contención. Su diagnóstico fue claro (tenía una depresión de caballo) y su consejo también. Ella sola no me podría ayudar. Cada quince días podría gastarme mi dinero en su consulta, pero no serviría de nada conforme estaba, también necesitaba ayuda de un psiquiatra y sus pastillas. Mi primer deber era comprarme una libreta y escribir a diario cómo me sentía, lo que se me pasaba por la cabeza. Tenía también que hacer una lista con al menos 10 cosas que querría hacer a corto plazo y que no fueran imposibles como acabar con el hambre en el mundo, por ejemplo. Tenía también que escribir otra lista con las cosas de mi que me gustaban y las que no. De la primera lista sólo escribí tres cosas y ninguna de las tres era para mi. No sirvió, pero no encontraba nada que quisiera hacer.

El diagnóstico del psiquiatra coincidió con el de la psicóloga y me recetó unas pastillas que eran la nueva generación del Prozac, mucho más efectivas y con menos efectos secundarios. También me recetó unas pastillas para dormir que nunca tomé. Tampoco quería estar dependiendo de pastillas, para dormir, para despertarme, para ser feliz… Si hubieran sido para olvidar, para detener el tempo, para volver al pasado y transformarlo, para el dolor del alma…

Las pastillas me fueron de maravilla. Me fui a un balneario a Eslovenia como había hecho en otra ocasión y nos perdimos en la montaña con 1.000 kilómetros a cuestas y sin un triste arcén donde ni siquiera parar, tuvimos un accidente de coche en Italia, al salir de Eslovenia la policía nos confiscó los pasaportes por quítame allí esas luces encendidas y nosecuántos incidentes más. En ningún momento perdí, los nervios, ni la paciencia… era feliz.

Todo junto (pastillas, psico, ayuda propia y ajena) me transformaron. Los problemas que me impedían dormir no eran propios. Si mi madre no estaba bien, este problema que tiene mi hermana, este otro. La psico me intentaba hacer ver que los problemas de los que me rodeaban no me podía impedir intentar ser feliz. No me tenía que sentir culpable. Le contesté que en realidad era puro egoismo. Si ellos se encontraban bien, yo me encontraba mejor: “Puro egoísmo, sí señora, igualito que el que tiene la Madre Teresa de Calcuta” me dijo ella.

Poco a poco mi libreta iba siendo menos negra, con menos odio, con menos rabia y hasta llegué a prescindir de ella, de las pastillas y hasta de la psicóloga. No podemos deshacer el pasado, pero podemos construirnos un futuro con pequeñas alegrías presentes. Hoy en día las únicas pastillas que disparan mi seratonina son las sonrisas, abrazos, besos y alegrías de los que me rodean y de los momentos duros sacar siempre algo bueno, sin ofuscamiento ni desesperación. Mi libreta ahora tiene formato html y me gusta mucho más que la otra. Ésta es más interactiva y vosotros estáis al otro lado. Desde esta página de hoy mil besos de 10 megas cada uno.

PD: Hermana A, hermana A como te vuelvas a pasar por aquí sin decir nada prometo descolocarte todas las etiquetas de las películas, cantar incluso cuando haya clientela y ponerme tan tan tan pesada que me tengas que dar tres volteretas seguidas… y si me vuelvo/vuelves a estrellar contra el mostrador… messssigualllll :))))))))) Besazos preciosísima

miércoles, junio 16, 2004

Rayos y truenos...

Me gusta contemplar el mar. Me gusta mucho más si está cabreado. Esas olas gigantes que escupen y vomitan espuma en la arena, que crujen, plasssssshhh, que piensas que jostión le ha metido en toda la cara a la arena… Si se trata del Mediterráneo… ya es demasiado, el novamás rienvaplus. No como esos otros mares que siempre están rabiosos y que ya no te sorprenden. Sin embargo mi mar como me tiene acostumbrada a sus aguas tranquilas cuando pilla un rebote en esos días de tormenta, siempre pienso: Oleeeeee, saca tu carácter, así muy biennnnn que no puede ser siempre tan calmadito, con tus olitas y balanceos, o te desahogas de vez en cuando o vas a explotar, peazo olaaa oleeee, venga otra que llegue a la ventanilla … sí señor asíiii.

Al pasar en tren por la localidad costera de Ocata, o no sé si es Masnou, siempre hay cuatro o cinco surferos, sea invierno o verano, con sus trajes de neopreno, mirando para atrás en busca de la ola, o al menos una pequeñita de balancín. Pero nada, hay más posibilidades de que aparezca en una tabla el Ansar haciendo el pinto en pelotas que “su ola” o la ola o una chiquitina. Curiosamente los días de tormenta en los que el agua salada golpea de vez en cuando las ventanillas del tren, ni rastro de los del traje negro, tú! Y me da miedo y pienso ay pobres a ver si se los ha tragao el mar, que no están acostumbrados y me tranquilizó cuando al día siguiente cuando el mar está liso como sus tablas vuelven a estar allí, mirando para atrás. Menos mal.

Antesdeayer descubrí que también me gustan los rayos que descargan en el mar, Cada cinco segundos había uno. Todo se iluminaba y veía la línea irregular cayendo. Como iba en coche no los oía y no me daban miedo. Iba contando los segundos otro, otro a ver dónde cae. Entonces desee que no hubiera ningún barco pescando por allí y que los que veían la tormenta lo hicieran seguros desde sus casas que son un peligro y cuando estábamos llegando dije: “Oye J. ¿tú crees que cuando caen los rayos en el agua… electrocutan a los peces…?” Y hasta que no tenga una respuesta a mi pregunta mantengo en stand by mi nuevo placer contemplativo.

martes, junio 15, 2004

México lindo...

Soñar al lado de quien sueña es a veces contagioso. Desde bien pequeña mi hermana S. ha sentido un amor descontrolado, inexplicable, grande y hermoso por un país: México. Desde bien chiquita guardaba recortes, se interesaba por su música, su cultura… y su sueño siempre fue poder visitar algún día ese país. Por fin el verano pasado pudo hacerlo realidad. La primera imagen que tengo de ese hermoso país, tras cruzar la frontera con Guatemala por carretera es su cara de felicidad, ojos como platos y de repente se arrodilló y besó su adorado suelo mexicano. Si hubiera podido congelar ese momento sería la viva estampa de la dicha. A veces los sueños convertidos en realidad decepcionan, pero no fue éste el caso ni mucho menos.

Durante 30 días y sus 30 noches estuvimos en Chiapas compartí su sueño y me lo contagió. De ese viaje me traje muchos tesoros. Charlas con los cafeteros de Chimalapa que nos contaban que gracias al Comercio Justo del que formaban parte a través de una cooperativa, los coyotes ya no les timaban ni en el peso, ni en el precio del café. Los supermercados de Tapachula con la música tan alta y tan pegadiza que además de ir a comprar íbamos a bailar y donde se pagaban los recibos de la luz. Farmacias donde vendían tabaco. Noches de tequila y rancheras con voces de mexicanos que ponían los pelos de punta. Mariachis en la plaza que a petición de los presentes y tras el pago de las tarifas deleitaban tus oídos. Baños en cataratas de 20 metros. San Juan de Chamula. San Cristóbal de las Casas. Charlas zapatistas. Hogueras en medio de la calle de la isla de Palma, donde no hay coches y los cerdos comparten paseos con perros y gallos y loros. Remar entre manglares. Partidos de fútbol con las ronaldinhas del lugar. Tardes de playa en la desierta y en la poblada, cuya única diferencia era que en ésta última también había un chiringuito con una máquina de poner discos, unas hamacas y una malla de volei. Sonrisas de niños que salían del alma. Todos estos días visitando comunidades cafeteras, durmiendo en sus casas y comiendo y cenando lo que ellos nos preparaban en una prueba piloto de turismo alternativo, siguiendo la ruta del café y viviendo como ellos viven. Desde entonces México también forma parte de mi alma y sé que solo pude ver un trocito, pero tan lindo y verde y fresco que me cautivó por completo.

Tiene cabida la publicidad en este blog y si alguna vez pasas por una tienda de las muchas que hay de Comercio Justo y puedes comprar un paquete de café o una tableta de chocolate, no sólo disfrutrarás de una gran calidad, sino que estarás también comprando justamente. El precio es un poco más caro que el que podemos encontrar en los supermercados, pero su calidad es también muy alta y lo sé porque lo pude comprobar. Las plantaciones de café tienen que estar a determinado número de kilómetros de carreteras o las colmenas de la miel, no utilizan productos químicos y los trabajadores de estas plantaciones también tienen un contrato justo y pasan continuamente evaluaciones que garantizan una calidad de lo que venden.

Pasados estos segundos de publicidad sólo me queda añadir que si bien México me enamoró, la preciosa ciudad de Antigua en Guatemala (su antigua capital) hizo otro tanto. Sus calles adoquinadas. Sus casas bajitas de colores (una azul claro, la otra crema…) que te permiten ver los volcanes que la rodean. Una librería que se transforma en café a medida que avanzas y que te seduce con sus paredes naranjas y sus mesas de cristal y caña y sus zumos y pasteles… y aquella señora que nos encontramos: “¿Ustedes no son de aquí, verdad? ¿Han venido a visitarnos? Y desde tan lejos!! Cómo me gusta que vengan a vernos y que guapas son…”

lunes, junio 14, 2004

Muelas...

Las dos de la madrugada…

- ¿Estás dormida?

- zzz sí, bueno ya no, ¿qué hora es? ¿qué te pasa?

- que estoy nervioso, que no puedo dormir

- ¡! ¿?¿¡! ¿!

- Creo que tengo un intoxicación, sobredosis de Espidifen. ¿te puedo leer el prospecto?

- No, sí, bueno zzz, sí, pero no enciendas la luz. Bueno vale pero la del vestidor zzzz

- Mira hiperactividad, temblores… Estoy supernervioso. Nunca había estado así…

- Pero temblores no tienes. Tómate una valeriana.

- Me duele el estómago, me van a tener que hacer un lavado fijo.

- Métete los dedos y vomita.

- … Sigo nervioso

- ¿Te has tomado la valeriana?

- Sí.

- ¿Pero antes o después?

- Antes

- Pues entonces no sirve de nada. Quieres que vayamos a urgencias…

- No, me vuelvo a la cama a ver si se me pasa

- ¿Tienes frío?

- Sí, un poco.

- Ya te tapo. A ver si te duermes.

- ¿Duermes? ¿Estás mejor?

- No, no puedo…

Desde las 7,30 hasta las 10 en urgencias de una clínica dental. Problema solucionado.

Esto es amor.

viernes, junio 11, 2004

Por los aires…

17 ó 18 años recién cumplidos debía tener. Cuatro meses en la empresa. Un viaje a Bélgica de una semana organizado por una compañía aérea ya desaparecida y la Oficina de Turismo de ese país en España. Una jefa que echaba humo por las narices. Siempre había ido ella a esos viajes, y en aquella época yo ya me defendía con el inglés, el francés y un poco de italiano (que difícil y no lo parece) y ella a duras penas hablaba catalán, igual en la intimidad como el Aznar. Yo estaba muy emocionada iba a ser mi primer viaje en avión y una semanita en Bélgica descubriendo todos los tesoros que allí descubrí. Tenía mi DNI caducado (en aquel entonces sólo tenía uno) y consulté en una comisaría: “Noooo, para ir a Bélgica no pasa nada. Con el carné así no te dicen nada”.

Así que me planté el día señalado, a las siete de la mañana en el aeropuerto. Localicé al grupo. Al facturar me tocó la fila 13 y me preguntaron si tenía problemas con ese número y yo que va al contrario si me ha gustado siempre... Pasamos por el control y los de seguridad no pararon a nadie. Bueno a nadie menos a mi. “Perdón, perdón los billetes, su identificación…”. Quedaba un cuarto de hora para embarcar. Allí mismo, sin anestesia ni nada, me dicen que con el carné caducado no puedo salir. Glupssss, glupsss y glups con que no pasaba nada, con que no pasaba nada... Un chico de la aerolínea organizadora me acompañó a una comisaría y allí de ventanilla en ventanilla lo único que conseguí es un resguardo de que estaban tramitando mi pasaporte y que no servía para nada. Cansada de ir de un lado a otro volví al aeropuerto.

El siguiente avión salía a las 3 de la tarde. Intenté pasar desapercibida, pero claro ya se habían quedao con mi cara y cuando les enseñé el resguardo me dijeron que eso no servía para nada. Intenté convencerles de que en la comisaría me dijeron lo contrario (mentiraaaa), pero no coló. Yo cada vez estaba más desesperada. Ya veía los colmillos de mi jefa brillando. Llegué a tal punto de desesperación que les expliqué que o me dejaban pasar o me despedirían, que además me darían una patada en el culo, que mi jefa iba a disfrutar con mi batacazo que por favor que por favor y estaba tan desesperada que rompí a llorar. No fue premeditado para darles pena ni nada, es que tenía encima un agobio que no podía con él. Los de seguridad se quedaron pasmados. No sabían que hacer, así que fueron a buscar al responsable de seguridad. Allí seguía yo, llorando a mis anchas... así que al final se compadecieron de mi y me dijeron: “Mira, te dejamos pasar. Todo sea que al llegar a Bruselas te envíen de nuevo para aquí”. Con las lágrimas en la cara ahora lloraba de felicidad. Gracias, gracias, gracias, de verdad, al menos me dejáis intentarlo. Si es que no, pues mala suerte. Gracias, gracias… Y con la cara de haber llorado de lo lindo, ocupé mi asiento al lado de la ventanilla y llegó el momento del despegue y verlo todo pequeñito desde el aire y las nubes… era feliz. No pensaba en la posibilidad de un regreso anticipado a España. Lo que tenga que ser será. En el control del aeropuerto de Bruselas se miraron mi carné y no me dijeron nada! Olé olé olé. No sé como lo hice pero acabé cogiendo un autobús y dando con el hotel donde estaba el grupo y esa noche ya pude cenar con todos ellos. A la mañana siguiente me levanté a las seis para recuperar el tiempo perdido y hacer unas fotos. Menuda decepción con el Maneken Pis. Que pequeñito allí en la esquina. Le hice una foto y me marché, pensando que la figurita era igual que mi problema que pensaba que era enorme y al final fue chiquitín, chiquitín.

Entre los recuerdos que compré, había una caja de bombones de estupendo chocolate belga para los amables señores de seguridad que se compadecieron de una servidora, of course.

jueves, junio 10, 2004

Un mes...

Hoy hace un mes que nació esta cosita llamada Lejos de la tristeza, con la intención de alejarme/alejaros de ella. Ahora la cuerda que me ata a ella está más estirada que hace un mes y a veces y vuelve para volver a marchar como llegó.

Durante este mes hemos compartido la visión de un tipo duro (aparentemente) en un tren, la de unas desgraciadas que no sabían tratar a un perrillo y que tenían la lengua muy larga. Os he explicado cómo es mi vida con ella y mi vida sin él, lo que me molestan las voces altas de unas señoras los domingos por la mañana, el miedo que me causó mi propio brazo, las ganas que sigo teniendo de abrazar a mi padre, mis manías con los interruptores, las volteretas que damos en el vídeo club, lo bien que cantaba coplas el pintor, los buenos corazones que tenían poli y ladrón, las labores del hogar que se hacen en los trenes, cómo recuperé mi cartera (vivan los polis de mi pueblo), la lesión de Luna, la confirmación de que se quedará paralítica (sigue mejorando sobre todo de estado de ánimo), pero también la alegría de que hay perrillos así y son felices (gracias de nuevo maRia). Hemos ido juntos a un concierto, hemos viajado en autobús con una bella señora, compartido andén con una insultona y compartido las tribulaciones de un becario-no becario.

Hemos reivindicado y mucho y tenemos pendiente una manifestación cada vez con más lemas y viva la variedad que son muchos los colores del arco iris para quedarnos sólo con uno. Reivindicamos que no se cambie el horario de verano (mas horas de luz y sol porfavó), hamburguesas en las zapaterías yá!, mejoras laborales para los becarios, becarios que sean guapos y que sepan de informática, el Lenvinsky power y las habilidades de la madurez, entre otras. Eso sí para la mani teníamos que ir vestidos de Heidi, con ganchillos en la cabeza y de ven en cuando cantando en japonés capitaneados por Blin (el artista antes conocido como Len, que dice Alex).

Y hemos cantado también: Que tengas suertecita, lejos de la tristeza, la canción de heidi en japonés, el viento a favor, la bienpagá, María de la O, rancheras, la falsa monea (que va de mano en mano y ninguno se la queda), Minha Terra galega…

Desde aquí a todos los que pasáis que me habéis animado, hecho sonreír, reír descaradamente, descubrir cosas y canciones y poemas y libros, a los que comentáis y también a los que no lo hacéis quiero daros las GRACIAS. Gracias por hacerme saber que a través de los blogs puedes descubrir tesoros de personas mucho más reales y auténticas que las que a veces se cruzan en tu camino en la vida real.

Y no quisiera cerrarlo sin dedicar unas líneas a la persona que dejó el primer comentario en este mi/vuestro blog Víctor Flyte (verdad que me lo permitís?) que aunque haya cerrado su diario su link siempre estará aquí para releerlo cuando le eche de menos. Si pasas por aquí Víctor un beso muy muy gordo. Y también otro beso gordote para una persona estupenda que decía que no era Superwoman pero desde la primera vez que la leí a mi siempre me lo pareció. Besos para ti también Pretty.

miércoles, junio 09, 2004

El becario...

Hace poco en mi empresa han contratado a un becario para el departamento de informática y ya se ha incorporado y hasta viene en bermudas a trabajar. Qué envidia! Durante el proceso de selección pasaron varios por aquí y el informático les paseaba y les hacía preguntas. Yo a la mínima que podía le sugería que no tuviera tan en cuenta sus conocimientos y que se decantara por el más guapetón que si no solucionaba problemas por lo menos me alegraría la vista.

Una mañana vino un señor con él de unos cincuenta y tantos y me empezó a preguntar sobre mi ordenador, el sistema operativo, los programas y tomaba nota. Se despidió con una sonrisa y desapareció junto a J. (me gusta poner iniciales a los nombres!)

Unos minutos después en la sala de fumadores coincidí con mi hermana S. (jjiji) y mi compañera y amiga S. Allí después del ansia de encender el cigarrito les comenté la visita que había tenido. “Ha venido con J. un señor y mira que a esa edad tenga que buscar faena de becario me ha dado una pena. Ojalá le cojan aunque no sea guapo ni joven…” y pegué otra calada. De repente las miro y las dos con ojos de plato… “Pero tíaaaa que ese no oposita para becariooooo. Es un asesor supermegadelahostiaelitistadelcagarse… Una eminencia en su campo, vamos… Si es queeee. ¿De verdad creías que era un becario?” Y se partieron de la risa. Yo les aclaré que cosas más raras se han visto y que las reestructuraciones están a la orden del día. “Ya, ya pero mira que pensar que era un becario jo jo jo jo jojo”.

Pues hace unos minutos me ha metido mano a la máquina, me ha preguntado mis problemas (informáticos), me los ha solucionado (un sol) y con la misma sonrisa de la primera vez se ha vuelto a ir a otra máquina a solucionar problemas... Breve visita la del Levinsky y es que la sala de fumar tiene eso que a parte de despellejar (los pulmones quiero decir)... también se rebautiza.

martes, junio 08, 2004

En el andén...

Ay los trenes y metros y autobuses… pero no se queda ahí la cosa que los andenes dan para mucho. Estación de Arco de Triunfo (Barcelona). Después de una agotadora (bueno vale no tanto) jornada laboral, sentadita en el banco con mi hermana y esperando.

A mi lado derecho, mi sister. A mi lado izquierdo, una mujer de edad indeterminada (tanto podría tener 28 como 36), pelo cortito, peso potente (no sé qué categoría viene después de peso mosca) y por la banda entra en juego un señor con una bolsa grande a sus espaldas. Desafortunadamente (y sin querer creí yo) roza con la bolsa en el pie de la que se sienta a mi siniestra. Se gira como para pedir disculpas y empiezan a salir culebras y rayos por la boca de la peso potente. Cabrónnnnnnn, joputaaaaaaaaaa…El hombre sigue su camino. Mi sister y yo nos miramos con ojos de plato ualaaaa nenaaa.

La chica se queja y se queja. Por sus alaridos parece que en lugar de un roce accidental, Butragueño ha lanzado un penalti con su pie como pelota. Mi hermana me decía con la mirada no te gires, no te gires. Demasiado tarde. La curiosidad ya se sabe. Mi mirada se encuentra con la lesionada y sopla y se queja y me pregunta que si por eso puede coger reuma (¡?!?) y en un monólogo empieza a despotricar contra el lanzador de penaltis, que le ha dado a posta, que en las ciudades la gente no tiene alma, que esto en un pueblo pequeño no pasa, y yo ya ya asintiendo. Porque claro me ha dolido mucho!!! Y entonces me pregunta: “¿Tú que hubieras hecho?” ale la pregunta del millón y le respondí que claro depende del día que me pille que si tengo un mal día pues igual reacciono como ella (mentiraaaaa) y este fue el grifo que abrío el pantano…

“Pues si tienes razón. Yo hoy he tenido un mal día. Además sabes hoy es el cumpleaños de mi madre que está en un geriátrico y precisamente la iba a ver ahora. Me iba a bajar en Torrebaró pero nada que me voy derecha a Vic y no la voy a ver. A ver si te crees tú que con cuarenta años (joe parecía más joven) tengo que aguantar que la hijaputa (palabras textuales) quiera más a las enfermeras que a mi. Porque hoy mi hermano la ha invitado a comer y yo he pasado de ir. Menuda humillación… las enfermeras… Pero ya te digo que no me extraña que su hermana, mi tía, no la quiera con ese carácter. La ciudad es una mierda. Lo que me ha pasado en un pueblo no pasa o por lo menos te piden disculpas…(pero qué disculpas le iba a pedir el pobre hombreeee, si estaba como una furia). Pues ahora me bajaré La Garriga y me tomaré un cortado y esperaré el tren de Vic. Lo hago muchas veces tomarme un cortadito y espero el otro tren…”

Yo iba asintiendo y contestando y dando mi punto de vista. Y veía a mi hermana de reojo con una extraña mueca entre esto no puede estar pasando y una mirada acusadora de … si tu ves dando palique que esta pilla nuestro tren. Así mi sister se levantó y me dijo venga que ya viene.

Le dije que a ver si no era nada lo del pie y me dijo que gracias que a ver que era si reuma o qué.

Lo segundo que me dijo mi hermana fue “jurl cuarenta años, no los aparenta!!!” y lo primero venga corre que todavía se monta en nuestro vagón.

lunes, junio 07, 2004

El viaje en autobús...

Tenía que ir al hospital a que me hicieran una biopsia de un bulto. Un incendio en la estación de tren de Sants paralizó las líneas. Fui a la parada de autobuses para ir a Mataró. Cuando llegué había una señora que también había visto en la estación. Empezamos a hablar sobre que autobús tenía que coger y no sé cómo acabamos contándonos nuestras vidas.

Cuando nos sentamos yo ya sabía que la pobre mujer de 76 años tenía un quiste en el cuello. Ya en marcha me contó la mala suerte que tenía, la mala vida que le había dado su marido, las palizas y las veces que después de venir de trabajar se tenía que ir a dormir sin comer y con el cuerpo magullado. Él estaba perfecto de salud y ella temía por su quiste. Ya de la mano las dos con lágrimas en los ojos, le contaba la mala suerte de lo que había pasado con mi padre. Las semanas en el hospital, las operaciones de mi madre. El miedo siempre encima. No sé que pensarían el resto de pasajeros de aquel autobús, pero no existían, ni las calles, ni nada que no fuera la historia de la vida que me contaba la señora y la que yo le contaba.

Nos bajamos en la misma parada y me dio un teléfono de un taxista que me acercaría al hospital. Le deseé que su quiste fuera benigno. Que no era tarde para poder disfrutar de sus nietos, de paseos, que el pasado no fuera un lacre para algunos buenos momentos que podría pasar y ella también me deseo cosas buenas y que tampoco pensará en el pasado. Nos dimos un fuerte abrazo y nos íbamos diciendo adiós hasta que el taxi dobló la esquina y ya no nos veíamos.

No nos dimos los teléfonos. Al pasar por la parada de autobuses esta mañana me acordé de ella y ojalá que todo la vaya realmente bonito. Se lo merece.

jueves, junio 03, 2004

Mi primera y única vez…

Iba en el tren medio dormida, dando cabezadas contra el cristal. Para dejar de machacar mis golpeadas neuronas me puse a leer el periódico. Me desperté de golpe. Enrique Bunbury en concierto en Barcelona miércoles y jueves en la sala Razmatazz. Era miércoles día del primer concierto. Que no cunda el pánico igual quedaban entradas.

Oye, que hoy y mañana toca Bunbury en Barcelona me acompañas. Que no, que no. Venga va que te compro la entrada. Uys no que el bunbury me da grima. Pues te pones de espaldas. No, que no me gusta de verdad, intenta convencer a S. Nooo tía si fuera viernes todavía pero entre semana. Buffff. Llamo por teléfono para ver si quedaban entradas… y las había pero para el miércoles. Justo ese mismo día. Iba ideal de la muerte para un concierto… zapatitos, traje chaqueta, bolsito y los libros de inglés que me tocaba curso por la tarde. Mira que otros días me daba por venir a trabajar con tejanos, pero no, justo tenía que ser ese día. Que hago voy no voy, ir sola a un concierto … dónde duermo que vivo fuera de Barcelona… Una compañera de trabajo me ofreció amablemente que me quedara a dormir en su casa y además vive cerca del Razma. De momento tenía alojamiento. Tema solucionado. Nada que lo que tenga que ser será. A las seis me voy al Corte Inglés y si quedan entradas voy y si no quedan pues nada otra vez será. Quedan entradas para el concierto…? sí, cuántas quieres? Pues una. La gente me miraba y no eran paranoias mías. Hasta la que me la vendió. Ay pooobre no tiene nadie que la acompañe... Así que llegué a inglés y una compañera me custodió los libros, porque ya hubiera sido pa morirse tener que cargar con ellos. Así que en la pausa me cogí mi bolso y enga pal Razma.

La cola daba la vuelta a la manzana. Gente emocionada. Todos en grupo. Comentando. Riendo. Yo que me coloco en la cola, toda sola. Y me miraban como diciendo y ésta?? Que esto no es la parada del autobús. Tos con sus camiseticas, sus tejanos, muy apropiadamente vestidos y yo allí maldiciendo en arameo a A., a S., a J y casi todas las letras del abecedario. Nada que doy la entrada y me vieron con esa carita de que acabe pronto esta tortura y que empiece yaaa que el público se va que ni me miraron el bolso.

Y dentro pues más camaradería de los colegas o al menos parejas de dos. Que se apaguen las luces pordióooo. Total que empezó el concierto y los grupos y parejas y yo misma nos convertimos en una masa homogénea. Todos cantando y disfrutando a la vez. Miradas cómplices de andalahostiacomomola y así canción tras canción comentario tras comentario, otra más otra… Y salí del concierto extasiada. Flotando. Con unas ganas locas de contar la experiencia. Mi compañera estaría durmiendo o liada con la traducción que la había impedido venir y tenía que contarlo. Así que finalmente llamé a Jaume que hizo amablemente más de 40 kilómetros para venirme a buscar a las 2 de la madrugada y pude contar con pelos y señales mi experiencia.

Durante los años que estuve por trabajo en Madrid al principio iba muchas veces sola al cine y era una sensación que me gustaba. Pero un concierto… Ese mismo año fui a otro concierto del Bunbu en las fiestas de la Mercè de Barcelona, otro en Zaragoza en las fiestas del Pilar (qué buenos recuerdos), en el pabellón del Valle Hebrón… pero ya en todos ellos muy bien acompañada. Pero como la primera (y única por el momento) … fue mágica. Creo que es una cosa que por lo menos una vez en la vida se debería probar… Al menos para decir sí sí lo he hecho, he podido, he ido solo/sola a un concierto!!!!

(PARTE VETERINARIO: Ayer mi hermana cuando cogió a Luna para cambiarla de posición creyó ver como estiraba una de las patas de atrás como reflejo. Ahora lo pide todo con gruñidos grrrr agua, grrrr pipi, grrr comida. Creo que toda la positividad que mandáis está haciendo efecto. A ver que nos dicen mañana que la vuelven a pinzar)

miércoles, junio 02, 2004

Luna lunera cascabelera...

Ayer Luna durmió en casa. Teníamos que hacer turnos para verla porque se ponía muy nerviosa y lloraba de la emoción. Para que no levantara la cabeza nos estirábamos en el suelo y la tranquilizábamos tocándole la cabecilla. Bebió agua y también comió. Creo que eso es buena señal, aunque los veterinarios nos dijeron que hasta dentro de cinco días no se sabrá nada. Sólo queda esperar.

Hoy estoy realmente cansada. Porque el intentar contagiar positimismo cansa. Que no va a pasar nada, que es joven, que es fuerte, que se salvará, que si no puede andar con las traseras pues la hacemos un carrito, que no llores, que ella nota si estás triste… y por la noche me entran los miedos y me volvió a pinchar una espina que tengo clavada. Cuando mi padre estaba en el hospital quería ver a la Sky (la otra perrilla que tenemos) y él no podía salir. Me decía que la escondiera y la metiera y a punto estuve de hacerlo, pero me frenaron y no lo hice y siempre me he arrepentido. Si pudiera volver atrás… pero no se puede.

Desde aquí os quiero agradecer todos los ánimos, bufidos, vientos y soplidos que habéis mandado y va muy bien saber que la “prima peluda” que tiene Muldie corretea alegremente. A esos ánimos me aferro para poder contagiarlos a los que me rodean.

Tengo la corazonada que saldrá todo bien y a veces soy un poco brujilla. Que así sea!

martes, junio 01, 2004



Luna, la cooker de mi hermana pequeña, nos ha dado un susto. No puede mover las patas traseras y es joven. Grita y la hemos llevado al veterinario. La han operado y es algo de la médula. La operación ha ido mejor de lo que pensaban. De momento está en la clínica en observación y mañana por la tarde la iremos a recoger.

Nos dan cinco días de margen para saber si podrá volver a andar. Sólo nos queda cruzar los dedos y esperar que sople el viento a favor... Para todos aquellos que paséis por aquí y necesítéis un poco de viento a favor...

El viento a favor
(Bunbury)
SI YA NO PUEDE IR PEOR
HAZ UN ULTIMO ESFUERZO
ESPERA QUE SOPLE EL VIENTO, A FAVOR
YA SÓLO PUEDE IR MEJOR
Y ESTÁ CERCA EL MOMENTO
ESPERA QUE SOPLE EL VIENTO, A FAVOR

otra vez te has vuelto a equivocar
y siempre piensas: la culpa es de los demás
y no tienes más remedio
que, de nuevo, empezar
otra vez la has vuelto a fastidiar
siempre tienes que quedarte atrás
todavía te queda un buen trecho
y les tienes que alcanzar

SI YA NO PUEDE IR PEOR
HAZ UN ULTIMO ESFUERZO
ESPERA QUE SOPLE EL VIENTO, A FAVOR
YA SÓLO PUEDE IR MEJOR
Y ESTÁ CERCA EL MOMENTO
ESPERA QUE SOPLE EL VIENTO, A FAVOR

otra vez fuera de lugar
siempre estás dónde no debes estar
muy cerca o muy lejos
no estás atento y se vuelve a escapar
otra vez perdiste tu oportunidad
siempre efrentandote y al final
vencido por el miedo
caes al suelo y te dejas pisar

SI YA NO PUEDE IR PEOR
HAZ UN ULTIMO ESFUERZO
ESPERA QUE SOPLE EL VIENTO, A FAVOR
YA SÓLO PUEDE IR MEJOR
Y ESTÁ CERCA EL MOMENTO
ESPERA QUE SOPLE EL VIENTO, A FAVOR
SI YA NO PUEDE IR PEOR
HAZ UN ULTIMO ESFUERZO
ESPERA QUE SOPLE EL VIENTO, A FAVOR
YA SÓLO PUEDE IR MEJOR
Y ESTÁ CERCA EL MOMENTO
ESPERA QUE SOPLE EL VIENTO, A FAVOR