Con este calor que hace la ropa sobra... es más sobra hasta la piel, así que aquí os presento a mi duodeno y a mi esófago. ¿A que son bonitos? Me dan ganas de ampliarlos y hacer un cuadro para el comedor... mmm mejor que no.
Qué cosas. Ahora me conozco más, tengo más consciencia de mi mundo interior. Sí, señor esas visceras son mías, Qué lindas... O al menos eso me han dicho. Lo último que recuerdo fue que me dijeron que empezará a contar ovejitas, como las que tenía en el reloj. El doctor le dijo a Norris y a mi madre que mis últimas palabras fueron... también tengo un lobooooooooo... pero de eso ya no me acuerdo.