Este sábado inaugurando el nuevo hogar de un amigo, descubrí una historia de la Norris que desconocía y que me hizo dudar en cambiarle el nombre y ponerle La Novia, al más puro estilo Uma Turman en Kill Bill o mi princesa valiente.
Iba ella con una amiga y con el carro de la compra, cuando dos gamberros se empezaron a meter con ellas. La Norris ni corta ni perezosa agarró el carro de la compra y le metió un carrazo en todo el estómago (el carro todavía estaba vacío, todo hay que decirlo). Empezaron a forcejear, mientras se insultaban y el chaval se metió la mano en la chaqueta y sacó… una PISTOLA!!! La Norris le retorció la mano, mientras le iba atizando patadas y le dijo: CHAVAL, Tú no sabes con quién estás jugando. A la que pudo el chaval puso pies en polvorosa, doblado por el dolor de las patadicas. A la amiga que la acompañaba le costó horas que el color volviera a su cara y le hicieron falta unas cuantas tilas. No supieron si la pistola era de verdad o no y menos mal que no pudieron comprobarlo.
Durante la cena, nos comentaba que por eso para ella fue un trauma cuando una vez, al poco de morir nuestro padre, vinieron a atracar al videoclub. Llamó a la Sufumu toda asustada. “Me acaban de atracar”. “¿Te han hecho daño, estás bien?” “Es que… el chaval sólo medía metro y medio y me ha apuntado con el dedo”.
Ayer camino del supermercado nos demostraba gráficamente con el carro de la compra como fue la embestida y también cómo el chaval del pasamontañas la apuntaba con el dedo para llevarse su botín. Las cuatro hermanas nos desmontábamos de la risa.
Al lado de su hazaña, la detención que hice la semana pasada a una ladrona que había robado a un compañero la cartera de su despacho días atrás, en un descuido, y que volvió a venir por la oficina quedó como pura anécdota. Y es que tiene razón la Sumufu (o Fumuki como la llama mi madre)… no me puede dejar sola. Se va cinco días a San Sebastián y a su vuelta dos muescas en mi cartuchera, el encontronazo con los ciclistas gamberros y la detención y arresto de Marnie, la ladrona.
Tu hermana parece el rigor de las desdichas, ¿que pasa que tiene un imán que atrae a esos gilipollas? jeje, lo tiene claro. Me encanta que estés de vuelta, y me alegro de leerte otra vez. Un besazo y cuídate.
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