Si tuviera que perder uno de los cinco sentidos sería muy complicado elegir.
Hace poco conocí a una persona que por una paliza en un intento de atraco, y tras pasar una larga temporada en el hospital, perdió el sentido del gusto y el olfato. Además se dedica profesionalmente a ello... Un duro golpe. Se ha hecho vegetariano, ya que todo le sabe igual... a nada. Nunca me había planteado lo que puede significar en la vida de una persona la pérdida de estos sentidos.
Definitivamente si tengo que prescindir de uno de los sentidos no me gustaría quedarme sin sentido del humor, el sentido del ridículo lo perdí hace tiempo.