viernes, febrero 03, 2012

Verdades...

De pequeña me encontraba muchas veces llorando a mi hermana mayor. Su respuesta a mi pregunta de por qué lloraba siempre era la misma: porque tengo miedo a morir. Yo le decía que no tenía que tener miedo que nuestra madre había pasado por eso y no era malo y lo más importante que no te acordabas de nadie. Mi madre estuvo clínicamente muerta y regresó. Todo tranquilidad, una luz intensa, colores y no se acordaba ni entristecía por los que dejaba, ni siquiera mientras les veía llorar en la habitación del hospital donde estaba. Quizás por eso nunca he tenido miedo a la muerte en sí. Una vez muerto, debe ser como cuando dejas de respirar durante unos segundos que estás sin pensar en nada absolutamente o cuando intentas mirar la punta de tu nariz (desde un espejo no sirve).

Cuando hablé con el cirujano la primera vez que me operaron y me explicó con pelos y señales a lo que nos podíamos estar enfrentando, aunque nunca antes lo haya dicho, pensé en ella. En la dama de la guadaña. Me entristeció mucho el dolor que sentirían los que me querían si todo acababa mal. Desgraciadamente he pasado por sentir ese dolor inhumano. Así que decidí no volver a pensar en ello. No se me pasó por la cabeza la pena de morirme. Solo por los que se quedaban. No es que tuviera ganas, simplemente que lo veo como un trago por el que todos tenemos que pasar. Es mucho más duro perder a alguien que irse uno mismo.

A mucha gente no le gusta hablar de este tema y si una cosa es segura en esta vida es que nacemos y un día más tarde o más temprano nos tendremos que ir. Lo ideal sería que fuese una fiesta de alegría por celebrar todos los momentos que hemos vividos juntos, pero eso es lo que estaría genial. Aunque siempre piensas en los momentos que no vas a poder compartir y las cosas que han quedado por hacer o decir. De esto deberíams aprender. El no hablar de ella hace que no estemos preparados ni concienciados de que alguna vez faltaremos o nos faltarán. Queremos ignorar una verdad como una catedral y así nos va. Todos hemos de morir y mientras tanto vivamos al máximo porque lo que es bien cierto es que hay vida antes de la muerte.






20 comentarios:

  1. Es una gran verdad, no es que tengamos miedo a la muerte, simplemente tenemos miedo al dolor, esto te lo digo por experiencia, también te diré que muchas veces pensamos el por que no llega ya de una vez y dejamos de sufrir, y que la gente que esta a nuestro lado puedan comenzar a vivir su vida sin ataduras, sin que tengan que estar siempre preocupados en este caso por mi, un beso

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  2. Hola! Vengo de nuevas por tu blog y casualmente este tema lo he hablado hace poco con una amiga. Así que no puedo evitar comentarlo (perdona el atrevimiento y la longitud).

    Hace unos años hice un viaje a una zona conflictiva para colaborar y ver si me convencía la posibilidad de dedicarme a ello una vez acabada la ingeniería. Siempre he hecho ejercicio, soy un tipo atlético, con buena salud, acababa de empezar la universidad... y no concebía que pudiera pasarme nada. Pero el tipo que organizaba el viaje nos dijo que redactásemos cartas, tantas como necesitáramos, diciendo todo lo que teníamos que decir para que no quedase nada sin atar. Sólo por si acaso.

    No nos pasó nada, íbamos bien protegidos, lastima no poder decir lo mismo de la gente local... fue la primera vez que fui consciente de lo efímeros que somos. Desde entonces temo más lo que pueda dejar atrás, que el hecho de irme (que es inevitable y que acabará sucediendo).

    Hay una cita de un jefe indio que más o menos dice que vivimos rodeados de muerte (a todos se nos han ido amigos, familiares, compañeros...), y aún así seguimos actuando como si fuéramos inmortales. Curioso :).

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  3. Anónimo9:08 a. m.

    Cierto es lo que dices y has vivido, ¿qué supone cruzar el umbral, el tránsito final, acabar con lo vivido? Nada, por qué analizamos tanto las consecuencias, el martirizarnos pensado con lo que dejaremos atrás, ¿no sería mucho mejor viajar mientras vivamos ligeros de equipaje emocional? Menos tendrás que abandonar en la obligada marcha, en realidad nada importa, lo que nos parece trascendental ayer, al poco deja de tener valor, tal vez nos equivocamos en la forma de vivir, de afrontar nuestro destino o mal nos lo enseñaron y condujeron nuestros guías. Tratamos de no aceptar que la Muerte es una compañera más en nuestro devenir, la más fiel, siempre se encontrara a tu lado, en cualquiera de las circunstancias que te halles, nunca te abandonara, ¿Por qué lo ignoramos? ¿Por qué somos tan ingratos con ella? Tal vez ahí radique el problema.

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  4. Barbas: Siento no darte la razón en los que nos rodean. Te puede parecer que sufren y están preocupados, pero ojalá hubiera podido estar preocupándome por mi padre años y años en lugar de los tres meses que vivió desde que le diagnosticaron el cáncer. Te puede parecer que sufren y no es fácil por lo que están pasando, pero te tienen a su lado. Piensa en cada segundo que están disfrutando de tu compañía y los momentos mágicos que pasas con tu angelillo. Cuando te quieren es normal que se preocupen por tu sufrimiento, eso solo te tiene que dar más fuerzas de las que estás demostrando para seguir adelante. Eres un pedazo valiente.

    Traine: bienvenido! No te preocupes para nada por la amplitud del comentario esta es vuestra casa y sin limitaciones de palabras  La idea de las cartas me ha parecido impresionante. Creo que todos los deberíamos hacer, porque nunca sabemos cuándo nos puede atropellar un coche o dar un infarto. Con esas cartas escritas quitas el dolor de que no haya una despedida. Creo que voy a empezar a escribirlas. Qué sabio el jefe indio. Tendríamos que vivir aprovechando cada momento como si mañana no fuéramos a estar aquí.

    Mikael Blomkvist: Viajar ligeros de equipaje emocional… ¿No estaremos así viviendo condicionados de una forma negativa? No sería algo así como no voy a querer ni implicarme para que no me pese la marcha. No sería mejor al contrario. Voy a llevar mi equipaje bien lleno de sentimientos para que en el momento de la partida sepa que ha valido la pena vivir intensamente. Precisamente porque tenemos a la muerte al lado y no sabemos cuándo nos la va a jugar que tendríamos que haberlo hecho todo y sentido todo. Das la clave, si todo el mundo fuera consciente de esa compañera invisible que nos acompaña perderíamos menos tiempo en disgustos inútiles y cosas que en el fondo no tienen importancia.

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  5. Anónimo6:33 p. m.

    Para nada soy una persona negativa Jairaki (o eso creo), más bien realista, aunque a veces no actúo como tal, lo que me permite darme cuenta de mi atinada decisión. Tú lo has dicho acertadamente, propio de ti, “la marcha”, porque no existe nada eterno, la fatídica fecha de extinción, para qué preocuparse o aferrarse a las cosas, con el permanente temor (ese sí que nos acompaña a lo largo de nuestras errantes vidas) a que desaparezcan de nuestra existencia, si todo es cuestión de minutos a años, para ello ¿por qué negar la evidencia? y si ese derroche de energía lo aprovecháramos para disfrutar el momento, los momentos, esos que nadie te los quitara, salvo que tú mismo te dediques a eliminarlos. ¿Y para qué quieres llenar el equipaje? ¿Para perderlo por el camino? ¿Para hacerlos sufrir? ¿Para abandonarlos cuando más te necesitan? ¿Para qué lloren mi partida? Resulta más barato alquilar unas plañideras.
    Sí, confieso que he vivido, y no he necesitado llenar la valija para ello, tal vez eso me ha permitido hacer lo que he querido durante bastante tiempo, al igual que tú, aunque hay cosas que no me gustaría haberlas sentido tan intensamente nunca, pero lo que te toca…nada podemos hace, salvo resignarnos.
    Con todos mis respetos Traine, yo aconsejaría al gran Jefe Indio, que en vez de escribir cartas a sus más allegados, redactara el testamento (yo ya lo hice, trato de ser práctico), para que dejara todo bien atado el día de su despedida, así los que sollozaran su ausencia, no tuvieran que disputarse su herencia.

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  6. Michael: No pienso para nada que seas negativo al contrario. No llenar el equipaje para que no sufren es más práctico que negativo. Pero tú que preferirías de alguien que te importe... que te lo entregue todo, que te llene de momentos mágicos que impepinablemente vas a echar de menos o que los reprima para que cuando se marche no los eches de menos? te dolerá más su marcha, pero ayyy que te quiten lo bailao. En cuanto a lo del testamento es muy buena idea, muy práctica sí señor, pero el testamento sentimental también es muy muy práctico.

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  7. Anónimo7:38 p. m.

    No creas que a lo largo de vida de uno encuentra tantas personas que te marquen en realidad, que te llenen emocionalmente, por lo general tropiezas con todo lo contrario, podría escribir un libro, no paras de sorprenderte. Y a tu pregunta, no sé sinceramente que contestarte que elegiría, no estoy seguro cuál sería la decisión más acertada, hoy por hoy tal vez me decantaría por la segunda opción, por raro que te pueda parecer, por mis carencias en baile. En cuanto al testamento sentimental, creo que se debe hacer con actos a lo largo de toda la vida, no con palabras, al final esas letras no reflejan la realidad, son solo eso, tinta sobre el papel, nada más.

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  8. Mikael Blomkvist: Te comprendo, sólo que tenemos puntos de vista diferentes. Es muy práctico lo del testamento, pero si los que sollozan mi ausencia se van a pelear por los pocos resto que deje... a lo mejor les viene bien pasarlo un poco mal peleándose por egoístas en un momento así. Debo reconocer que soy un poco bastardo y tengo un sentido del humor peculiar. Si mi padre se muriese mañana repentinamente, casi que preferiría que me dejase por escrito cosas que nunca me ha dicho para que yo pudiera cerrar la herida y llevarme un mejor recuerdo de él TODA mi vida, a que me dejase por escrito que me deja unas cuantas decenas de miles de euros que se pueden ganar en un año de trabajo. A parte, ¡ambas cosas no son incompatibles!

    Y el problema no es viajar o no con la maleta sentimental llena, si no hasta que punto dejamos que lo que hay dentro de la maleta nos afecte poco, lo justo, mucho o nos hunda. Con mi primer amor, los cuatro años que mejor me han sabido, cargamos mucho la maleta, luego estuve unos meses muy tocado y ahora lo recuerdo como algo muy grato. No me ha impedido volver a ser feliz, ni cambiaría absolutamente nada a pesar de que acabase en su día y sufriese por ello (no es un fallecimiento, pero el proceso de duelo es similar según qué circunstancias). Cómo dice Jairaki, que nos quiten lo bailao!

    Supongo que es un tema demasiado personal cómo para que a todos nos valga lo mismo (de hecho, incluso a uno mismo le van cambiando los esquemas según el momento). Y sí, tengo un problema... no se abreviar :).

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  9. Anónimo8:34 p. m.

    No te preocupes en cuanto a la brevedad Träne, me da a mí la impresión, que ninguno de los que frecuenta estos parajes tan lejanos de la tristeza, padezca de laconismo. En cuanto a lo sentimental, uno encuentra por el camino muchos espejismos, que ocasionan que te dificulten en tu andadura, y con ello el desanimo, es por ello, como muy bien dices, que cuando tomas distancia, comprendes la realidad y sabes valorarlo en su justa medida. Yo a diferencia de ti, sí que cambiaría de mi vida muchas cosas y personas que he tenido que encontrar y las que seguramente me quedan por sufrir y ellas por mí.
    Que me perdone el gran Jefe Indio por achacarle lo de las cartas, ahora me he dado cuenta de que el culpable era el tipo que organizaba el viaje, al Jefe le diría que yo soy uno de esos inmortales, mi trabajo me costo.

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  10. yo también eliminaría personas y experiencias de mi camino, pero como no tenemos la goma de borrar... toca aprender a caminar con ello como dice Träne y como bien dices y con los que nos encontraremos. Uiii la inmortalidad... para siempre es mucho tiempo! Si eres inmortal claro que debes de llevar el equipaje de cinco toneladas acumulando siglos y siglos de vivencias.

    Aunque qué leches hasta que no se demuestre lo contrario todos somos inmortales. O hasta que nos llegue la hora de dejar de serlo.

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  11. Anónimo9:25 p. m.

    La inmortalidad es la penitencia más cruel que se le puede ser otorgado un ser humano. Y para los recuerdos de siglos y siglos, la fórmula más antigua…la mala memoria, y yo dispongo de unos olvidos exprés.

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  12. mmmm, creo que tampoco podría ser inmortal. Me aburriría demasiado sabiendo que no hay prisa por vivir. ¡Y envidio esa capacidad de olvidos exprés!

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  13. Lo bueno de ser inmortal es que como no te vas a morir de hambre ni de frío... no tendríamos que trabajar! Toda la eternidad para disfrutar! Ains que me canso un poco de pensarlo solo...

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  14. Anónimo3:51 p. m.

    Si ya vivir una vida supone un tormento, vivir tantas… ¿qué sería en realidad…? el constante sufrimiento de ver que tú eres el único que te quedas y los demás van desapareciendo uno tras otro sin poderlos retener (muchas veces sería una suerte), encadenado a una existencia desoladora, para acabar siendo un anacoreta, ¿dónde se encontraría el disfrute? Más bien la frustración. No seáis insensatos y desistir de vuestros empeños en emúlame, con uno que lo sufra basta.

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  15. MMMMmmm creo que me has convencido, pero ya que puedes "disfrutar" de esa experiencia y al ser inmortal puedes tirarte de un avión sin paracaidas, nadar entre tiburones vestido de lady gaga con filetes, etc etc... Pero claro si te metes un jostión desde un avión igual no te mueres pero te quedas magullado para el resto de la eternidad? o se te curan las heridas por arte de magia? Esto de la eternidad es un sinvivir

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  16. Anónimo5:49 p. m.

    El mmm ese parece que te encuentres saboreando lo que vas a decir. Me he tirado de un avión con paracaídas, como de un puente, enganchado de las patas, los deportes de riesgo dejaron de serlo, procuré imitar a mis compañeros del “Club de los Suicidas” sin ser eso último, nunca sospecharon nada de mis cualidades, también hubieran resultado complicado explicárselo y la desilusión que se hubieran llevado, haciendo trampa. No, las heridas no se curaban, permanecían eternamente, la magia ya era suficiente con sobrevivir a todo ello, así me encuentro que camino ya sin caminar y vivo a verlas venir, una eterna lucha conmigo mismo, y lo bueno de ello es que siempre gano yo.

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  17. El mmm era de pensar en cosas que puedes hacer siendo inmortal sin que te afecten :) Pero, ¿te quedaste en un momento o tu cuerpo va envejeciendo sin remedio? Eso sería muy jodido. ¿Cómo debe estar una piel de 800 o de 2.000 años?? Y ojo que ni se te ocurra cometer una atrocidad en USA o algún país con cadena perpetua… Encerrado en una celda de por vida… Más jodida la cosa todavía. Cosas buenas… me voy a meter una siesta de un mes. Oye no pasa nada tengo tooooda la eternidad por delante…

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  18. Anónimo9:38 a. m.

    Mi venerada Jairaki, creo que lo mejor sería lo contrario a lo que dices, no pensar, así como no sentir, que al final sentirías, como lo vivirías y con ello sufrirías. Preocuparte muy poco por lo que hacer, lo podrías hacer todo, pero al final no querrías hacer nada, sería una constante repetición de los mismos actos, acabarías siendo un autómata, un conocedor de finales carente de misterio, esa falta de interés te supondría un castigo añadido. La cadena perpetua que tu manifiestas, sería tu cárcel el mundo, igual de dura a la larga que una celda o tal vez peor, porque el aislamiento te impediría ver, apreciar, evitando con ello nuevas heridas imposibles de borrar, esas de las que nunca te recuperas, señalizadas con toda clase de “artilugios” para que no te olvides de de que están ahí, recordándote los hechos permanentemente, tu cuerpo sería física y psicológicamente un palimpsesto, aunque aparentemente pudieras mantener una apariencia “normal”, vagando entre la gente, ignorándolas a todas, conocedor de la hipocresía, la mentira, todos los males existentes en el ser ¿humano?, te provocaría que huyeras de ellos, buscaras el aislamiento, ese retiro imposible de conseguir, ese lobo estepario que todos llevamos dentro. Acabarías siendo un alma pedida llena de rencor, el monstruo que habitaba en tu interior se despertaría y te transformarías en todo lo que nunca quisiste ser, como muy bien dijo Träne más arriba, (las circunstancias vividas nos hacen ser y cambiar nuestros esquemas), citando a Ortega y Gasset (que también queda bien) , arrojados a la vida, esa que no hemos elegido, ese mundo en el que no queremos vivir, esa es la dimensión fatal nuestra, ese es el peso, porque la vida pesa siempre, consiste en un llevarse, aguantarse…¡¡Me estoy perdiendo yaaa!!
    Las siestas, bendita tradición nuestra, ¿tú puedes llegar a creer que el sueño formaría parte de tu vida? Después de lo expuesto dudo que así lo hicieras, las pesadillas te lo impedirían. Salvo que fueras desprovisto de conciencia, (como las personas que se suben a un transporte público sin abonar el billete, alegando excusas pelegrinas), entonces sin problemas. De todas las maneras yo he probado la inmortalidad en la red (3 reencarnaciones ya) y tú estabas allí la primera vez (¿no sé si lo recuerdas?), hará unos ¿tres meses? mande mi correo a una persona y tu como testigo de ello (éramos tres en el comentario y en el suceso, ya entonces supe que podía confiar en ti, así lo refleje allí) y hace poco otra vez, como bien sabrás. Es una forma de morir y volver a nacer con una nueva personalidad, dejando el pasado atrás, olvidado y empezar una nueva andadura ¿no crees? ¿A la larga no resultaría cansino? Aunque te puedas camuflar, alguien inteligente te puede llegar a conocer por tu forma de escribir, como así me dijeron una con esa característica, y como tú también has dicho en éste mismo post, difícil resulta que no dejes huellas, desaparecer del todo, pruebas que te incriminen y que permanezcan en el olvido.
    ¿En realidad compensa ser inmortal? ¿Por qué la gente lo pretende serlo, cuando en realidad resulta una condena los que lo somos en realidad? O tal vez esa inmortalidad se consiga una vez finiquitado, y inconscientemente estamos haciendo lo apropiado, ignorándolo. Yo no quiero ser inmortal, yo quiero fecha de caducidad…
    Perdona que no me explique más, ya conoces mis grandes carencias mentales, como físicas, esa vacuidad existente en mí y que tanta marginación me ha traído, y nunca superada, ves, una cicatriz más en mi magullado cuerpo nómada.

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  19. Qué fuerte eres Mr. Blomkvist, pero dale la vuelta a tu inmortalidad y quédate con las cosas positivas... Tiempo tienes todo el tiempo del mundo para subir montañas, visitar ciudades, besar labios, navegar mares y vivir épocas. No todo va a ser negativo. E...O :) Y no me cuelo en Renfe... solo pago unas cuantas zonas menos!

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  20. Anónimo6:15 a. m.

    Todo lo que mencionas ya lo hice y algunas en exceso. En realidad no lo veo en negativo, aunque pueda dar esa impresión, me considero un privilegiado en la época actual, soy de los pocos afortunados que la habitan, decir lo contrario sería un ingrato.
    Tranquila Jairaki, sé que tú siempre haces lo apropiado, como no podía ser de otra manera. Un abrazo.

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