martes, enero 11, 2005

Alegria...

La alegría llegó a través de la línea telefónica. Estábamos Sufumu, Lara Norris y una servidora y hacía unas horas que habíamos hablado con ella, pero la volvíamos a echar de menos así que dijimos… ¿la llamamos? Ya habrá entrado a ver al tío por la tarde. Al otro lado del teléfono la teníamos, nuestra amada madre, nuestra Samarcanda del alma…

¡Me ha sonreído! Asentía con la cabeza. Le he dicho que le quería mucho y me guiñaba el ojo. Mira ahora me toca a mi estar al otro lado del cristal como tú has estado conmigo. Ahora te cuido yo y hasta que no estés bien aquí estaré. Me intentaba hablar. Le tranquilizaba y le decía que escuchara que ya podría hablar prontito. Sabía que Sufumu le había ido a ver y sonrió. Seguro que recordaba cuando le dijo anda tío que esto parece una cárcel y los enfermeros carceleros que nos dejan poquito tiempo. Niñasss que estoy muy contenta….

A las tres nos brillaban los ojos de alegría. Nos contagió. Estábamos como flotando. Hoy nos ha vuelto a dar buenas noticias. Los médicos han dicho que respira un poco por él. Que con mucha ayuda de las máquinas, pero que va reaccionando. Volvemos a estar contentas. Pero uf como se llega a echar de menos a esta bandida.

Después de cenar, ya con mi marido incorporado al club de la felicidad, empezamos a divagar sobre la subida de sueldo de este año. Es la época de las reuniones, de los presupuestos y hay que tener el discurso preparado. Empezamos con la Sufumu y nos dieron las once y ya no pudimos seguir conmigo, pero valió la pena. Cómo nos llegamos a reír. Tú lo que tienes que decir es que qué es lo que hay que hacer para que te suban el sueldo en esta empresa… Sí, sí pero se lo dices con cara de viciosilla. No mejor ya te pones directamente de rodillas. Empezamos a degenerar y yo sin mi discurso. Egoístas que de mi discurso no habéis hablado. Pues vale ya lo tengo. Oye que si me subes el sueldo la Sufu vendrá y…. Si hombre aquí que cada vela aguante su verga.

Os tengo que confesar una cosa, dije casi al final de la jornada. ¿Os acordáis del jostión que se pegó la Sufu en la calle, cuando a punto estaba de salir para Valladolid? Sí, sí todavía tiene las rodillas moradas. Pues eso. Que no se cayó.



PD: Hay una carta de Samarkanda en su blog recién traída desde Valladolid