Hoy tendría que ser un día más, pero para mi no lo es. Me sigue doliendo. Me gustaría borrarlo del calendario, pero si no hubiera sido hoy podría haber sido otro día. Cada día es un aniversario. Todavía no he conseguido evitar que cuando se acerca reviva todo. Intento alejar la tristeza de mi y creo que lo consigo, pero ayer me dolió el alma, me dolió mi madre. No era la misma y la entiendo. Sus ojitos normalmente vivos y optimistas estaban tristes, estaba mustia..
Hoy la veré de nuevo y no quiero que me vea triste, sino contenta, alegre por lo que tengo y no dolorida por lo que perdimos
Por la tarde la han invitado a participar en un recital de poesía. Me alegro que haya coincidido y que sea hoy. Estará distraída preparando sus escritos y mi padre estará también orgulloso de ella. Antes de irnos, mi marido le arregló la impresora (fotocopiadora como ella dice) y se quedó imprimiendo sus cosillas, con el vestido preparado para mañana.
El lunes le llevaré otro ordenador y estamos mirando para que se ponga internet y así podrá visitar las páginas de quienes le dejáis comentarios y poder actualizar más a menudo.
Ya tengo ganas de verla, seguro que lo hace muy bien. “No, si nerviosa no estoy”. Creo que tendré que llevar un babero y unos pantalones anchos, porque fijo que esta tarde me engordaré unos cuantos kilos, que no me vendrán nada mal.
De momento, haciendo caso al maestro Bunbury, intentaré soñar lejos de la tristeza y el dolor, como si no hubiera ocurrido y aún tuviera intacto el corazón.